BUNDT CAKES DE LIMÓN, JENGIBRE Y PIMIENTA BLANCA

Este es uno de esos dulces sorprendentes. Que no te atreves a hacer porque ves que al final te lo tienes que comer tú sola porque no gusta a nadie más. Pues no, a veces las apariencias engañan, y los ingredientes, también. El jengibre es un clásico en la repostería sajona, se asocia con la Navidad, con el día de Acción de Gracias y en general con los hornos y las abuelas o amas de casa estirando galletas en la cocina rodillo en mano. Y el limón es un clásico de todas partes.

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Posiblemente haya gente que solo haya hecho en su vida un bizcocho, con yogur, nata o leche y ralladura de limón. La pimienta blanca va a ser que nos resulta muy difícil por no decir imposible de ubicar en la repostería. Pero resulta que a veces los ingredientes forman parejas perfectas : nata y fresa, café y chocolate, caramelo y chocolate etc. En este caso lo que hemos montado ha sido un trío como Dios manda. Está rico, palabra. Y mejora con los días. Yo luego le añadí un glaseado de limón y un poco de jengibre confitado para decorar. No es necesario, pero en este caso preparé esos mini bundt cake para una mesa dulce de una boda y para que quedasen más monos y durasen bien tiernos. Si no tenéis moldes de estos lo podéis hacer perfectamente en uno alargado tipo plum cake o redondo.

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INGREDIENTES

250 gr de mantequilla a temperatura ambiente

250 gr de azúcar blanca

3 huevos grandes

400 gr de harina repostera

3/4 cucharadita de levadura Royal

3/4 cucharadita de bicarbonato sódico (si no tienes puedes poner el doble de Royal y ya está)

1 cucharada de pimienta blanca (puede parecer mucho, pero no escatiméis)

250 ml de buttermilk (se hace con 240 de leche entera o semidesnatada a temperatura ambiente y se mezcla un buen chorro de vinagre o zumo de limón, unos 10 gr, se deja reposar como 10-15 minutos y nos aparecerá algo con aspecto cortado. Pues voilá, ya lo tenemos)

2 cucharadas de ralladura de limón

2 cucharadas de zumo de limón

2 cucharaditas de jengibre, puede ser molido o fresco rallado o mitad y mitad como puse yo en esta ocasión

una pizca de sal

INGREDIENTES DEL GLASEADO

2 tazas de azúcar glass

Zumo de 1 limón colado

Ralladura muy fina de un limón

50 gr mantequilla a temperatura ambiente

 

Para decorar : por encima del glaseado aún no seco del todo unos trozos de jengibre escarchado o confitado. Se puede comprar en establecimientos orientales como este mío, pero también en tiendas de productos británicos.

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ELABORACIÓN 

Empezamos batiendo la mantequilla durante unos 3 minutos para que aumente de volumen y se vaya blanqueando. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo unos minutos más. En un bol aparte tamizamos la harina con la sal, la ralladura, pimienta blanca, el jengibre rallado o molido o ambos,  royal y bicarbonato. Preparamos en una taza el buttermilk.

Añadimos los huevos ligeramente batidos a la mezcla de mantequilla batida con azúcar, pero de uno en uno. Hasta que no veamos que ha desaparecido bien el anterior, no echamos el siguiente.

Y luego alternamos mientras seguimos batiendo la mezcla de la harina con el buttermilk. Lo normal es que en las recetas ponga que se eche primero harina, líquido, harina, líquido, y harina. Resumiendo, empezar y acabar con la harina. No sobrebatir, la harina si no ha quedado perfectamente integrada lo mejor es mezclarla con cuidado con una lengua de silicona o una cuchara de madera. Y sobre todo, no aumentar nunca la velocidad del batido de vuestras varillas, Thermomix, Kitchen Aid o lo que uséis. Eso haría que se desarrollase el gluten del trigo de la harina y puede quedar el bizcocho duro o correoso.

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Se mete al horno que ha debido estar precalentándose un poco de tiempo a 175-180º. Mejor se mete en rejilla nuestro molde bien engrasado y relleno de la mezcla. Y a esperar entre 45 y 60 minutos a que salga el pincho que le metamos limpio. Luego dejamos reposar unos 15 minutos o más si en la cocina hace mucho calor y desmoldamos con cuidado. Envolvemos en papel film o congelamos si no vamos a consumir pronto.

 

 

Para hacer el glaseado mezclamos todos los ingredientes a mano o mejor en un batidor o con varillas y lo vertemos por encima. Como escurrirá y sobrará mejor poner una rejilla y recoger el sobrante para volver a bañar. Yo a veces lo hago varias veces. Hay que tener cuidado porque a veces el glaseado «arrastra» migas y queda fatal que luego se vean al volver a bañar.

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Y un inciso…. hace relativamente poco me compré un rallador Microplane. Siempre me había dado pereza y un cierto cargo de conciencia gastarme dinero en el cacharrito de marras. Y craso error. Ahora no sé como he podido vivir sin él. Es simplemente estupendo. Además de bonito. ¿Bonito, un rallador?, pues sí, tiene un diseño precioso, se puede colgar, el mango es de madera de no sé qué pero la tecnología con la que está hecho es la misma que los cepillos de carpintero. Por eso la ralladura que se obtiene es finísima, no te llevas un dedo ni medio , el limón queda sin la parte amarilla y la blanca ni la toca, no se cae nada…. vamos, que creo que me he enamorado del rallador este.WP_20170921_004

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