INFINITO LIMÓN, un homenaje a Pierre Hermé ( y a Bernard)

Esta es posiblemente una de las recetas que más unanimidad ha logrado entre públicos distintos. Ha triunfado allá donde la he llevado : en casa, como regalo a amigos al visitarles en las suyas, en comida multitudinaria con gente de gustos dispares etc.

bizcocho limon

Es de las que más ha levantado pasiones. Y eso, sin necesidad de sabores exóticos, formas raras, colores artificiales ni nada de nada.  Lo verdaderamente mágico de la pastelería y repostería es que con prácticamente los mismos ingredientes (harina, huevos, lácteos, fruta) podemos conseguir cosas absolutamente dispares. Y a veces, sublimes. Este es uno de esos casos. La receta es una mezcla de la receta Infiniment Citron de mi adorado Pierre Hermé y de Ultime Citron de mi también adorado Bernard. Un bloguero francés autor de unos cuantos libros ya y que en un blog relativamente simple con unas fotos muy sencillas sin bodegones barrocos, ni sesudos estudios de luz, clava las recetas.

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El primero es un pastelero estrella, está ya en el Olimpo de los dioses, es el creador de sabores como Ispahan (con lichies, rosa y frambuesa), de macarons que cambia cada temporada como si de un modista de la Rive Gauche se tratara, y que ha conseguido que en sus pastelerías, que parecen joyerías se formen colas tipo Doña Manolita (esta absolutamente injustificada, dicho de paso), y no solo de japoneses.

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Pues bien, vamos con la receta que es bien sencilla y de resultado sorprendentemente bueno. La receta original lleva la mitad de ingredientes, pero dado que es un cake o bizcocho que dura muchos días, y se conserva de maravilla incluso congelándolo yo prefiero ya que me pongo y sobre todo, ya que enciendo el horno para darle una alegría a Iberdrola de vez en cuando, hacer el doble de cantidad. Con el doble sale un bizcocho alargado tipo plum cake de unos 25 cm de longitud y como sobra un poco de masa hago unos bizcochitos pequeños en molde de mufins o magdalenas. Se puede glasear al final o no, pero merece la pena. Por dos motivos, le da un toque mucho más acabado y sofisticado y aumenta su duración bastante ya que evita que pierda humedad manteniendo muy jugoso el interior. Al ver los ingredientes nos va a parecer que lleva un porrón de azúcar, y encima blanco y refinado (vade retro Satanás) y lo malo, es que es verdad. Pero es necesario ya que veréis que también lleva mucho limón. Lo bueno es que es un bizcocho muy denso, que se corta perfectamente y eso hace que puedan hacerse unas lonchas muy finas. Por tanto, salen muchas raciones para compartir con esta receta.

bizcocho

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INGREDIENTES

400 gr azúcar blanquilla

240 gr de mantequilla fundida

ralladura de dos limones

330 gr de huevos

300 gr de harina de trigo

160 gr de zumo de limón

1 cucharadita de levadura Royal

80-100 gr de nata para montar (35% materia grasa)

Para el glaseado :

50 gr zumo de limón

250 gr azúcar glass 

ELABORACIÓN

Cómo podréis comprobar más fácil imposible, no hay que montar huevos, ni tamizar harina, ni cremar la mantequilla ni nada de nada.

Ponemos en un bol grande o en el vaso del robot o amasadora que tengamos el azúcar, la ralladura y la mantequilla semifundida o fundida pero ya templada o enfriada. Lo batimos, más bien, lo mezclamos. Añadimos los huevos. Después la harina a la que habremos mezclado antes la levadura y una pizca de sal y por último el zumo de limón y la nata. Es importante que esté todo bien mezclado pero no hace falta batir en exceso. También tener los ingredientes a temperatura ambiente, incluso si en la cocina hace mucho frío templar una pizca el zumo de limón y la nata para evitar que se corte la mezcla.

 

 

 

Lo echamos en el molde alargado previamente forrado con papel de horno o bien engrasado. Si sobra masa (ya que aunque no crece mucho no hay que llenar el molde más de sus 3/4 partes hacemos lo que comento, repartimos en otros moldes más pequeños y con otro formato el sobrante. Y al horno precalentado a 170-180 grados durante aproximadamente 45 minutos. Cuando salga limpio al pinchar, está.

Se deja enfriar un poco en el molde y luego se desmolda boca abajo, con la parte plana hacia arriba. De esta manera con el propio peso pierde la montañita que ha podido crear en el horno. Se envuelve con cuidado en papel film. Y podemos meterlo a la nevera o el congelador tan cual. O podemos glasearlo al momento. Para ello mezclamos el zumo de limón con el azúcar glas y lo bañamos. Bernard recomienda meterlo al horno unos 8 minutos a 100 grados. De esta manera el glaseado se seca al tacto pero queda tierno bajo la superficie. Yo nunca lo he hecho, he echado el glaseado al día siguiente y lo que escurría lo volvía a echar hasta crear una capa o costra bastante gordita.

Este bizcocho tiene un profundo sabor y aroma a limón y dura muchos días, por eso es mejor dejarlo reposar al menos un día antes de su degustación.

Creo que sin dudarlo es una receta con la que triunfar gastando poco, sin complicarse uno la vida excesivamente y quedando como un rey ante familia y otros animales como diría Gerard Durrell.

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5 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Irene dice:

    Estoy con las papilas gustativas activadas grado máximo!!! Y feliz por el par de carcajadas que siempre me echo con tus puntos.

    De acuerdo en que lo de Dña Manolita está sobrevalorado. A mi me diste un pellizco cuando estaba en paro y ya no cambio.

    Muchas gracias reina de los fogones

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