FILMJÖLKSBRÖD. Pan escandinavo de yogur (y unas cuántas cosas más)

De allá arriba, de los países escandinavos, nos llegan muchas cosas. Algunas absolutamente idealizadas (tranquilidad, seguridad, igualdad, paridad etc) otras más reales (diseño,frío, muebles que te montas tu mismo o con ayuda de vecinos y parientes varios, novela negra-negrísima, afición a beberse hasta el agua de los floreros etc). Y siempre pensé que en un sitio donde no se podía cultivar el trigo no podía haber buen pan. Craso error propio de una mentalidad de los romanos, que creían que donde no llegaba la vid, el olivo y el trigo no llegaba la civilización. Debo ser muy romana yo también. Pero llegó el gurú del pan, el panadero vasco que más ha hecho por la difusión del buen hacer del pan para sacarme de ese error. En sus muchos viajes por allá arriba tuvo la ocasión de comer , de hacer pan, e incluso de cultivar los cereales propios de esas frías tierras y contarlo con tanta pasión que ahora veo al soso y triste centeno con ojos de deseo. Lo que son las cosas.

 

Pero esta receta no es de ningún libro de Ibán Yarza, sino de Canal Cocina. Ese canal que yo no tengo y me encanta ver cuando voy a casa de amigos y familiares que sí lo tienen. La receta en concreto me la pasaron mis amigas Tere y Laura. Decir, que el aspecto final parece más bien un pan hecho por los Picapiedra, que mis fotos son penosas. Pero, siempre hay algún pero, está rico, es fácil, tiene un montón de nutrientes y cosas buenas y además ese punto exótico de lo diferente. No creo que podamos pedir mucho más, que estamos hablando de un pan y no de un premio Nobel.

El nombre es impronunciable aunque podemos deducir que son al menos dos o tres palabras. Solo identifico la última : bröd, pan. Y con ayuda de google me entero que el resto de la palabra en sueco quiere decir «cuajado». Pues muy bien.

Vamos con los ingredientes, que son la tira de largos. Lo bueno, es que son flexibles, podemos usar unas cosas u otras.

INGREDIENTES

300 gr de una mezcla de avellanas, semillas de lino, nueces, pipas de girasol o de calabaza etc

300 gr de una mezcla de pasas, ciruelas pasas, arándanos, orejones etc

3 cucharaditas de sal

200 gr de harina de centeno integral

400 gr de harina de trigo

500 gr de yogur (yo le puse griego por eso de la cremosidad)

1 cucharadita de bicarbonato

100 gr de sirope de arce, miel o ágave

ELABORACIÓN

Pues simplemente pesamos todos los ingredientes y mezclamos. Como veréis la receta no lleva levadura, ni masa madre, tan solo el bicarbonato que al ser una base reacciona con un ácido, en este caso el yogur. Por eso no hace falta amasar ni perder el tiempo, ni ensuciarse las manos. Un pan, que podría hacer un niño de 4 años. Escandinavo o maditerráneo. La mezcla es muy pegajosa así que intentamos meter las manos lo menos posible ayudándonos de una espátula de silicona o cuchara de madera. Se pasa la mezcla a un molde tipo bizcocho o plum cake y al horno. A 170 grados, precalentado previamente y durante 2 horas.

A mí las dos horas se me hicieron eternas y lo tuve un poco menos. Y quizás lo debería haber tenido aún menos. El aspecto era de arma letal, de piedra del Paleolítico. Al enfriarse y cortarlo resultó ser bonito, con las semillas y las frutas parecía brillar como una joya. Y acompañado de mantequilla está rico no, riquísimo. Dura muchos días además. Otro punto a su favor.

En la receta original dice que es para acompañar mantequilla, queso y pepino. No sé si juntos o por separado. Así que experimentad y me contáis.

Animaos a hacerlo, el centeno es muy saludable, es una manera de tomar hidratos de carbono con bajo índice glucémico , de lenta absorción, y las semillas y frutas vienen cargados de cosas buenas.